¿Son las Mac malas para jugar? (5 Razones)

1. No son máquinas de juegos

Hablando sobre términos comerciales e industriales, las computadoras de Apple no han sido vendidas actualmente como equipos para videojuegos. No obstante, es bueno recordar un poco la historia sobre esta gran empresa. En la década de los 80, Mac tenía juegos grandiosos para su sistema operativo.

Pero la PC común y corriente era mucho más funcional e iba mucho más allá que ser simplemente una máquina para jugar. Por esta razón, Apple se propuso ser una empresa mucho más seria y dejar los videojuegos de lado. Empezó a ofrecer funciones prácticas para los usuarios, dejando de lado la diversión.

Apple no deseaba ser conocida solamente como una computadora para jugar o divertirse. Al contrario, su propósito siempre ha sido ofrecer equipos de trabajo funcionales y de la más alta gama.

Es aquí donde comienza a hacerse una distinción entre Windows y Apple, pero claro, eso no quiere decir que Windows sea menos serio. Más bien, significa que Microsoft ofrece a los usuarios todo tipo de recursos para que hagan en una computadora, desde tareas básicas hasta videojuegos.

En cambio, los equipos de Mac se catalogan como mucho más profesionales. De hecho, esto se ve en las empresas, donde muchas compañías de primera categoría prefieren Mac frente a Windows, aunque claro, esto no es una regla.

Sea como sea, las computadoras de Apple son buscadas para trabajo, ya sea programación, diseño gráfico, arquitectura, entre otros, mientras que Windows es un sistema operativo mucho más general.

2. Falta de potencia en el hardware

Aquí es importante matizar algunos elementos clave para entender a qué nos referimos con la potencia de hardware. Cuando los equipos de Apple salen al mercado, sobre todo los de gama más alta, tienen excelentes prestaciones y hardware de última generación.

El problema radica en que estos equipos no son posibles de actualizar. Es decir, usted no tiene la capacidad de cambiar el procesador, ampliar la memoria RAM, instalar otra tarjeta gráfica ni ir mejorando la computadora a medida que pasa el tiempo.

Si compra una Mac con cierta configuración, tendrá que quedarse con ella por el resto de su vida útil. Esta es una diferencia muy importante con las computadoras con Windows, porque ocurre exactamente lo contrario. Las PCs permiten cambiar, ampliar y modificar piezas, en función de la generación.

Por lo tanto, para los jugadores que se dedican de modo intensivo a esta actividad no es práctico adquirir una computadora con Mac. En primera instancia podría ser un equipo muy potente, pero al cabo de un par de años quizás ya no lo sea, y tampoco están en el poder económico para invertir en una nueva Mac.

3. Sin tarjeta gráfica dedicada

Casi todas las computadoras de Apple funcionan con la tarjeta gráfica integrada, comúnmente en el procesador. Para títulos muy sencillos esto es más que suficiente, pero es un problema bastante grave para los juegos mucho más exigentes.

Incluso ahora que Apple ha comenzado a utilizar CPUs de Ryzen, no logran equiparar ni por lo más mínimo al rendimiento de una tarjeta de video dedicada. Y de más está decir que una tarjeta gráfica es indispensable para jugar, especialmente de modo intensivo a entregas frecuentes.

Y tal como hemos mencionado antes, no se puede modificar el hardware, ampliarlo ni sustituir piezas.

4. Precio muy elevado

Aquí hablaremos sobre dos elementos principales. Primero que nada, quienes tienen una Mac saben que no pueden ir comprando una máquina nueva todos los años para irse actualizando con las nuevas generaciones. Estos equipos son realmente costosos, mucho más en comparación con una computadora con Windows.

Y en segundo lugar, ese mismo precio elevado que tienen estas computadoras hace que muy pocos usuarios cuenten con este tipo de computadora. Por consiguiente, el público objetivo es muy reducido, así que las grandes empresas de la industria de los videojuegos no ven rentable invertir para este sistema operativo.