El procesador es el cerebro de la computadora y una de las piezas fundamentales para su buen rendimiento. Ahora bien, quizás usted quiera ampliar la capacidad de su máquina para obtener un desempeño más satisfactorio. Probablemente se pregunte si es posible cambiar el procesador de la computadora de i5 a i7.
Sí puede sustituir el CPU de un Intel Core i5 a un Intel Core i7, siempre y cuando el nuevo procesador sea compatible con la placa base y el socket actual. En caso de que el CPU pertenezca a generaciones diferentes, probablemente tenga que cambiar muchas más piezas, lo que no sería rentable.
En este artículo, analizaremos varios detalles involucrados en el cambio de un procesador de una gama a otra. Asimismo, explicaremos qué debe tener en cuenta en el momento de realizar la sustitución.
¿Cuándo cambiar de procesador?
Si usted ha comprado una computadora de fábrica, probablemente la configuración de hardware esté bastante equilibrada entre sí. Recuerde que al adquirir una máquina nueva, la computadora está diseñada para cumplir con ciertas tareas en específico.
En este sentido, hay procesadores que sirven para tareas muy sencillas, como ofimática o navegar por internet, y otros que son más recomendables para videojuegos o diseño gráfico.
La única razón de peso para sustituir un procesador por uno superior es que de verdad requiera mayor capacidad de procesamiento. Por ejemplo, un CPU de dos núcleos está prácticamente obsoleto para jugar videojuegos. Por el contrario, un procesador de 16 núcleos a 4.0 GHz sería un desperdicio si sólo se va a usar para tareas básicas.
¿Es buena idea cambiar de un i5 a un i7?
Muchas personas creen que el hecho de cambiar un procesador Intel Core i5 a un Intel Core i7 supondrá un aumento notorio del rendimiento de su computadora. Esto puede ser cierto, pero también una completa mentira, porque todo depende de los modelos de procesadores y de la gama de su computadora.
Y es que un procesador i7 puede ser inferior a un i5, y si usted no tiene muchos conocimientos en estas piezas, quizás pase por alto detalles importantes.
Piense en esto: ¿qué procesador es mejor? ¿Un i7 3770 o un i5 10400? Un principiante pensaría que el claro ganador es el i7, porque tiene un número más alto y por eso debe ser más potente. No obstante, el mejor procesador entre ambos es el i5 10400, y con una diferencia abismal.
Para que se haga una idea, el i5 10400 es 7 generaciones más nuevo, tiene casi un 30% más de velocidad, admite una memoria RAM superior e incluso posee más núcleos y más hilos. Esto demuestra que un i7 no necesariamente es mejor que un procesador con un número anterior.
¿Qué tener en cuenta al cambiar un procesador de i5 a i7?
Lo más importante a la hora de sustituir un procesador, independientemente de la marca o la categoría, es que sea compatible con la placa base. Hay circunstancias en las que los usuarios desean ampliar la capacidad de su CPU, pero la placa base no es compatible o no admite cierto tipo de procesador.
En estos casos, hay que comprar una nueva tarjeta madre que pueda funcionar con el procesador que se desea adquirir. Esto supone un gasto más elevado de dinero, que puede merecer la pena, pero también convertirse en pérdida.
De la misma manera, el cambio debe ser significativo, porque hay procesadores que, aunque sean de una gama más alta, no compensan la sustitución en cuanto a nivel de rendimiento.
Otro ejemplo bastante claro es cambiar un i5 10400 por un i7 10700. Es verdad, el i7 tiene 2 núcleos y 4 subprocesos adicionales, pero también es un 50% más caro que el i5. Si usted va a hacer la compra desde cero, probablemente sea una mejor opción si busca mayor capacidad de procesamiento.
Aun así, esa diferencia no es suficientemente alta para dar el cambio de un procesador a otro con tanto gasto de dinero.
Sea como sea, existen varios factores influyentes a la hora de cambiar un procesador, que son los que describimos a continuación:
Tarjeta madre
Ya hemos mencionado recientemente que la tarjeta madre debe ser compatible con el procesador. Por consiguiente, hay que analizar tanto la generación como el socket del CPU. Adicionalmente, el hecho de que un procesador tenga el mismo socket que otro, no significa necesariamente que sean compatibles.
Hay que comprobar las actualizaciones que hacen los fabricantes, especialmente relacionadas con los milímetros de la pieza.
Generación
Existen 11 generaciones de procesadores Intel de la serie i, y cada una de ellas funciona con tarjetas madres distintas y con zócalos diferentes. Asimismo, requieren de otros acompañantes de hardware para funcionar de la manera adecuada.
No es lo mismo cambiar un i5 de 8va por un i7 de la misma generación que querer hacerlo por un i7 de décima. Para ello, hay que cambiar la tarjeta madre, como ya se ha recalcado en varias ocasiones.
Tipo de uso
El uso que se le va a dar a la computadora es lo que determina qué tanta potencia de hardware necesita. Un procesador más o menos actual, es decir de 9na generación en adelante, con 6 núcleos y 12 hilos es más que suficiente para la mayoría de los usuarios básicos, incluso si juegan videojuegos.
Sirve para reproducir contenido multimedia, jugar a 1080p o 1440p, programar, diseñar, estudiar, entre muchas otras cosas, sin importar que sea i5 o i7. Pero si usted es un usuario más exigente, que requiere renderizar imágenes en 4K, jugar y transmitir al mismo tiempo o necesita hacer muchas cosas en multitareas, sí debe pensar en un procesador más potente.
¿Vale la pena pasarse de un i5 a un i7?
Realizar al cambio sólo merece la pena si de verdad necesita más capacidad de procesamiento y si todas las piezas son compatibles entre sí. En caso de que haya incompatibilidad con alguno de los componentes, ya no estaría cambiando sólo el procesador, sino que tiene que modificar varios aspectos de su computadora, y es como tener una nueva.
Al fin y al cabo, la tarjeta madre y el procesador son las piezas más importantes de una PC. De cualquier modo, si usted no le va a dar un uso intensivo a su computadora, el procesador que viene por defecto es más que suficiente, especialmente cuando la diferencia de rendimiento no compensa el precio a pagar por un procesador más avanzado.